Ya está aquí el mes de septiembre, el mes de la vuelta de las vacaciones para casi todos y de la vuelta al cole para los más pequeños. Una vez pasado el periodo de asueto, toca volver a la actividad con ilusión y energía renovada. Eso sí, no todo el mundo se siente en forma ante la que se avecina. Por eso, si necesitas un aliado para este periodo, te proponemos tirar de vitaminas. Vitaminas naturales que se encuentran en los productos que consumes en tu día a día. Pero ¡ojo!, elige productos ecológicos porque conservan mejor las propiedades de los alimentos.
Algunos de los estudios realizados hasta la fecha avalan que la cantidad de vitaminas y minerales que contienen las frutas y verduras de producción ecológica es mayor a la que contienen las convencionales. La principal razón es que presentan un menor contenido en agua que los convencionales y, por lo tanto, poseen una cantidad mayor de materia seca. Por otro lado, los estudios también han demostrado que son más elevados los contenidos en proteínas y azúcares de los alimentos de producción ecológica.
¿Qué son las vitaminas?
Las vitaminas (del latín vita (vida) + el griego ammoniakós (producto libio, amoníaco), con el sufijo latino -ina (sustancia) son sustancias orgánicas que intervienen en los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos. Deben ser aportadas a través de la alimentación, ya que el cuerpo humano no puede sintetizarlas, a excepción de la vitamina D (se puede sintetizar en la piel con la exposición al sol) y las vitaminas K, B1, B12 y ácido fólico, las cuales se forman en pequeñas cantidades en la flora intestinal. Las vitaminas son nutrientes esenciales, imprescindibles para la vida. Sus requerimientos no son muy altos, pero tanto su defecto (avitaminosis) como su exceso (hipervitaminosis) pueden producir enfermedades.
¿Cómo evitar la pérdida de vitaminas en los alimentos?
La principal fuente de vitaminas son los vegetales crudos, por lo que hay que evitar algunos procesos que pueden producir pérdidas de vitaminas en exceso. A continuación, os damos algunos consejos:
• Evita cocinar los alimentos en exceso (a mucha temperatura o durante mucho tiempo).
• Los alimentos que se vayan a cocer deben introducirse en el agua cuando haya comenzado a hervir, en vez llevar el agua a ebullición con ellos dentro.
• Evita preparar (cocinar, trocear o exprimir) con mucha antelación los alimentos antes de consumirlos.
• La piel de la fruta o la cáscara que cubre los cereales contienen muchas vitaminas, por lo que es conveniente conservarla. Especialmente en el caso de las frutas de producción ecológica, la ausencia de pesticidas proporciona mayores garantías a la hora de su consumo con la piel.
¿Qué tipos de vitaminas existen?
Existen dos tipos: las vitaminas liposolubles (A, D, E, K y ácidos grasos esenciales) y las vitaminas hidrosolubles (C y complejo B). Las primeras se disuelven en grasas y aceites y las hidrosolubles en agua.
¿Cuáles son y en qué alimentos podemos encontrar las vitaminas liposolubles?
Son las vitaminas que se disuelven en disolventes orgánicos, grasas y aceites. Se almacenan en el hígado y en el tejido adiposo, por lo que se podría subsistir durante una época sin su aporte tras un aprovisionamiento suficiente. El consumo en exceso de este tipo de vitaminas (aproximadamente 10 veces las cantidades recomendadas), puede resultar tóxico.
¿Cuáles son y en qué alimentos podemos encontrar las vitaminas hidrosolubles?
Son las vitaminas que se disuelven en agua, pudiendo pasar al agua de lavado o de cocción de los alimentos. Por este motivo, si se aprovecha el agua de cocción de las verduras para caldos o sopas pueden llegar a recuperarse parte de estas vitaminas. No se almacenan en el organismo, por lo que deben aportarse regularmente y no puede prescindirse de ellas durante un número elevado de días. Su exceso se excreta por la orina, por lo que no tiene efectos tóxicos.
