Autor: Hugo A. Villar Hernández
AJEDREA COSMETICA NATURAL
Llega la primavera y salimos del letargo invernal transformando nuestro entorno, y por supuesto, nuestro organismo (incluida nuestra piel). Es por ello que resulta interesante conocer y prepararnos para estos cambios y así mantener nuestra piel lo más sana posibles
¿Qué sucede en nuestra piel en primavera y como cuidarla?
Aquí te comentamos algunas variaciones que ocurren el órgano más grande del cuerpo y cómo tratarlos:
1. El aumento de las horas de luz y de temperatura ambiente, nos provocan reajustes en nuestro sistema hormonal, y un consiguiente aumento de la producción de sebo por parte de nuestra dermis, por lo que necesitaremos una rutina limpieza en profundidad, que retire el exceso de grasa y apoye con un antiséptico, sin olvidar tonificarla con un agua floral e hidratarla con una crema fluido ligera.
2. La primavera es una estación mucho más húmeda que el invierno (o por lo menos hasta hace pocos años). En éste hemos visto secarse más nuestra piel y si no le hemos dedicado ese extra de hidratación lo achacaremos a estas alturas. Las pieles secas necesitarán unas mascarillas de aceites nutritivos o cremas ricas nocturnas que compensen esa sequedad.
3. Es la estación de los cambios ambientales más bruscos: tenemos días de mucho calor, días en los que baja la temperatura o con variaciones bruscas en el mismo de más de 20 grados. A esto añadimos brisas, lluvias… y que en esta época del año empezamos a llevar menos ropa y a hacer más actividades y deporte al aire libre, y esto nos expone más al polvo y a la radiación solar junto con el polen y otros alérgenos. Vamos, que nuestra piel, nuestra primera barrera antes estas agresiones sufre y a hay que protegerla por lo que llegamos a uno de los puntos clave que van a determinar el estado de salud de nuestra piel inmediatamente y en un futuro: la protección solar. ¿Por qué es tan importante usar ya en primavera un protector solar con factor alto? La piel tiene memoria de la radiación que recibe y va a ser en las terrazas, dando paseos más largos, haciendo deportes al aire libre cuando, por falta de costumbre o pensando que el Sol aún no daña, cundo estemos más expuestos a sufrir las quemaduras.
4. Y como hemos comentado, proteger y reparar, para ello las formulaciones ricas en antioxidantes presentes en los aceites vegetales o en formulaciones con alta concentración en Vitamina C o D nos ayudaran a combatir los radicales libres producidos por estas agresiones ambientales.
