Juana Aparicio
Terapeuta especialista en aceites esenciales.
El otoño conlleva un repunte de catarros, gripes y otras enfermedades infecciosas de las vías respiratorias. Lo tenemos asumido. Comienzan las vacunas para los más vulnerables y en la televisión nos bombardean con anuncios de medicamentos que pueden mejorar los molestos síntomas de todos los años. Pero contamos además con otras herramientas, menos conocidas por el público en general: los aceites esenciales.
¿Cuáles son los aceites esenciales más útiles en las enfermedades infecciosas de las vías respiratorias?
Los nueve aceites esenciales que más nos ayudarán, que no los únicos, en este tipo de enfermedades son los siguientes: árbol del té (Melaleuca alternifolia), pino silvestre (Pinus sylvestris), tomillo (Thymus vulgaris), eucalipto (especialmente el Eucaliptus radiata), jengibre(Zingiber officinalis), cajeput (Melaleuca leucadendra), lavanda (Lavandula officinalis), romero (rosmarinus officinalis) y ravintsara (Cinnamomum camphora).
¿Cómo elegir en concreto los esenciales más adecuados según la alteración de las vías respiratorias de origen infeccioso de la que se trate?
-Para los catarros elegiremos de entre los nombrados arriba los esenciales de E. radiata, jengibre, cajeput, lavanda y romero (quimiotipo* cineol). Por ampliar información citaremos también los de coriandro, Eucaliptus dives, limóny manukacomo efectivos.
–Dolor de garganta: especialmente el de jengibrey también el de manzanilla.
–Infecciones ORL y broncopulmonares: los nueve mencionados son de gran utilidad, además de los de mejorana, menta y niaulí.
-Para prevenir los contagios, ya sea en lugares a los que acude un gran número de personas (centros de trabajo, aulas, etc.) como en los hogares en los que se presente algún caso de catarro, gripe, etc., elegiremos los del árbol del té, pino silvestre y tomillo.
-Para niños utilizaremos el de tomillo (quimiotipo* linalol), y el de ravintsara. También los de limón, mirto y palo de Ho.
*quimiotipo es la definición bioquímica de un aceite esencial, la molécula presente en mayor cantidad según la zona de cultivo de la planta aromática de origen (suelo, clima, etc.).
¿Cómo podemos aplicar estos aceites esenciales para mejorar los síntomas y la evolución de las enfermedades infecciones de las vías respiratorias?
Se pueden aplicar de muy diversas formas. Además de por vía oral (en gotas diluidas en miel o aceite vegetal de primera presión en frío, como el de oliva, onagra, etc., o en perlas), bajo prescripción facultativa, los aceites esenciales se pueden utilizar de muchas maneras, también en el ámbito doméstico, siempre y cuando se observen las precauciones debidas en general (dosificación) y en cada caso en particular.
- Gargarismos: 3 gotas de aceite esencial en un vaso de agua, sola o con miel. Es una aplicación muy útil para infecciones de garganta, con jengibre (también sería muy útil el de orégano). Para gingivitis, flemones y llagas en la boca está especialmente indicado el del árbol del té.
- Inhalaciones: añadir 8 gotas en un recipiente con agua caliente. Mantener los ojos cerrados.
- Humidificadores, difusores: añadir en el recipiente adecuado 10 gotas del esencial o mezcla de ellos (no más de 4). Por ejemplo, en casos de resfriado o gripe poner en la habitación por la noche 4 gotas de aceite esencial de pino silvestre, 2 de Eucaliptus radiata, 2 de limón y 2 de lavanda (estos dos últimos también facilitarán el sueño).
- Baños completos: añadir 15-20 gotas del esencial o mezcla de esenciales inmediatamente antes de que el enfermo se sumerja en el agua. Pueden ser también maniluvios y pediluvios.
Más ejemplos
- Compresas: humedecer un paño de tejido natural (lino, algodón, etc.) en una dilución acuosa de los aceites esenciales elegidos y aplicar en la frente o en el pecho.
- Masajes en el pecho y en la espalda con una dilución oleosa de los esenciales elegidos, por ejemplo cajeput o ravintsara, en una proporción no inferior al 30% (en bebés la dosis es mucho menor, 1 gota por cada 10 ml aprox. De 1 a 5 años 2-3 gotas. Para menores de 12 años, la dosis debe ser la mitad que para los adultos. En todos estos casos siempre ravintsara, igual que en embarazadas).
- Añadir unas gotas en un pañuelo (colocarlo en la almohada), o en el cuello del pijama, del esencial elegido para que el enfermo pueda respirarlo durante la noche.
- Higiene de suelos y superficies (siempre que no sean de madera o estén barnizadas, ya que se estropearían), añadiendo unas 10 gotas en el agua de fregar. También pueden higienizarse la ropa y la vajilla, colocando unas gotas en el recipiente para el detergente del electrodoméstico correspondiente.
Los aceites esenciales son unos aliados magníficos para la mejoría de este tipo de enfermedades, muy eficaces también para evitar contagios; son un complemento ideal de la medicina tradicional, a la que no deben sustituir cuando la enfermedad revista cierta gravedad.