Juana Aparicio
Terapeuta especialista en aceites esenciales.
El cuidado de la piel y del cabello es una aplicación eficaz, y muy grata, de los aceites esenciales. Eficaz, porque estos productos abarcan una amplia gama de efectos dada su riqueza en componentes orgánicos que, en el caso de un aceite esencial natural, actúan en sinergia potenciándose entre ellos. Grata, porque su uso sugiere un campo personal de mezclas, frascos, aromas y sensaciones en el que cada formulación es única para cuidar la piel de un individuo concreto, diferenciado. Conoce todo lo que debes saber sobre la cosmética natural con aceites esenciales en este reportaje.
La piel opone resistencia al paso de sustancias; es una de sus funciones más importantes, dirigida a defendernos del exterior. Sin embargo, las moléculas de pequeño tamaño y con afinidad hacia los lípidos cutáneos pueden atravesarla. Hoy vamos a hablar de cosmética natural con aceites esenciales.
Algunos de los componentes de los aceites esenciales cumplen estos requisitos, por lo que pueden actuar como regeneradores cutáneos al llegar a la capa basal de la epidermis; otras moléculas de mayor tamaño se quedan en las capas más superficiales hidratando y protegiendo la piel. Otros componentes activan la microcirculación sanguínea, con lo que pueden, por ejemplo, fortalecer el cabello y frenar su caída al irrigar mejor las células matriciales del bulbo piloso.
Además de las citadas, son muy variadas las acciones que pueden desarrollar los esenciales sobre la piel: regular la glándula sebácea, mejorar el acné, ayudar en tratamientos de la celulitis, del envejecimiento cutáneo, etc.
Forma segura de usar los aceites esenciales en nuestra piel
Esta forma de utilizar los aceites esenciales es segura, siguiendo algunas pautas, como la de no exponerse al sol ni a los rayos UVA si se han aplicado sobre la piel los que provienen de cítricos (especialmente los de bergamota y limón), ya que son fotosensibilizantes y podrían provocar alteraciones cutáneas. No se deben administrar sin diluir sobre la piel, salvo algunas excepciones que deberá indicar una persona experta (como la de impregnar un bastoncillo con aceite esencial de árbol del té y aplicarlo directamente en las lesiones acneicas, por ejemplo).
Elaborar cosméticos naturales con aceites esenciales en casa
En el mercado se pueden encontrar productos ya formulados, pero es más interesante prepararlos en casa. Es posible que no se tenga la formación necesaria, o que no se disponga de todos los productos, que en principio tampoco son tantos los necesarios como veremos a continuación, pero siempre se puede “enriquecer” los cosméticos de uso cotidiano: una crema hidratante, un champú, una loción corporal, etc. Si quieres conocer sus efectos, pincha aquí.
Para ello se debe atender a la dosificación adecuada, que de forma general es al 1% (1 gota por cada 5 ml de portador) para facial y al 2,5% (5 gotas por cada 10 ml de portador) para la piel del cuerpo y para el pelo y cuero cabelludo (la dosificación para tratamientos médicos es superior). Por ejemplo, en 30 ml de una crema base para facial se pueden añadir 6 gotas del aceite esencial o de la mezcla de ellos que se haya elegido; para 100 ml de leche corporal, la cantidad de gotas, ya sea de un solo aceite o de varios (no más de 4-5), sería 50.
MUY IMPORTANTE: Debe tenerse en cuenta la composición de los cosméticos a los que se les añade las gotas de esenciales, pues algunos principios activos serían incompatibles, como los ⲁ-hidroxi-ácidos o la vitamina A en elevadas cantidades; lo más indicado es utilizar cremas base o de formulación sencilla.
La forma más natural de utilizar la cosmética con aceites esenciales es prepararando formulaciones en aceites vegetales, que son sus mejores portadores, con los que muestran mayor afinidad, y que por sí mismos aportan importantes beneficios para la piel: el aceite vegetal de almendras es hidratante; el de jojoba, muy afín a la piel, se puede utilizar también sobre pieles grasas; el de germen de trigo tiene gran cantidad de vitamina E, por lo que resulta un potente antioxidante; el de argán, cuya riqueza en componentes le confieren acciones muy interesantes para el cuidado de la piel envejecida, entre otras, etc.
Si se quiere prescindir de materias oleosas, se puede utilizar gel de aloe para realizar la formulación, o mezclar aceite y gel en un sistema bifásico. Otra opción son los hidrolatos, siendo los más conocidos el agua de rosas y la de azahar (maravillosos tónicos cutáneos), aunque en este caso los aceites esenciales no se difundirán uniformemente ya que son mayormente lipófilos; para solucionar el problema hay dos opciones: agitar el producto antes de usarlo o utilizar dispersantes o, mejor aún, preparar también otro sistema bifásico hidrolato-aceite vegetal, en el que sí se vehiculizan bien los esenciales.
¿Cómo hacer tu propio perfume con aceites esenciales?
Un uso cosmético de los aceites esenciales muy especial es el de los perfumes: con ligeras nociones sobre la estructura de una composición olorosa, que debe estar formada por notas altas, medias y bajas (también pueden formularse con una sola nota: mirra, pachulí, lavanda, bergamota, etc.), cada persona puede crear su perfume, que además de ser identificativo, puede ayudar en algunas circunstancias (por ejemplo: si se necesita relajación, se puede preparar a partir de cítricos, de lavanda, de mirra o incienso; o al contrario, si se precisa aumentar la energía en casos de astenia, se elegirá el romero, jengibre, etc.).
Se puede fabricar sobre una mezcla de agua y alcohol, o también sobre hidrolatos, empezando con 1 gota de esencial por cada 10 ml de portador, y luego añadir más si se precisa; o sobre aceites vegetales (el de jojoba es muy indicado, puesto que no tiene apenas olor por sí mismo), y en este caso se debe añadir una parte de esenciales por cada tres de vegetal. En cualquier caso se debe agitar bien y dejar reposar al menos tres días en ambiente oscuro, fresco y seco.
Si quieres saber cómo crear algunos productos en tu propia casa, lee la continuación de este reportaje AQUÍ.
