Las hortalizas más jugosas y refrescantes se recogen en esta estación. Son hortalizas que requieren de un régimen de temperaturas de rango medio, aunque pueden soportar altas temperaturas.
Comer bien no consiste únicamente en ingerir unos determinados alimentos durante nuestra vida. Además, debemos conocer qué alimentos debemos producir y consumir en cada estación del año y por qué. Quizás aquello de “naranjas en agosto y uvas en abril”, que sonaba en la radio a finales de los años 80, debamos reservarlo únicamente para la letra de aquella mítica canción.
Nos hemos acostumbrado a poder adquirir muchos productos vegetales durante todo el año, sin sopesar qué puede implicar su producción y su consumo fuera de temporada. El consumo de temporada implica una mejor relación precio-producto, reducción de desplazamiento de otros territorios, cultura, patrimonio, biodiversidad…
De Temporada
Los distintos cultivos hortícolas se siembran según las estaciones climáticas por unos motivos diversos que tienen relación con las distintas épocas del año: por el frío que soportan, por la temperatura que necesitan sus semillas para germinar, por la fragilidad que pueden presentar sus plántulas al crecer, por las necesidades de horas de sol, etc.
Gracias al manejo agrícola, hemos conseguido aumentar la estacionalidad de muchos productos ecológicos, utilizando herramientas como el conocimiento de la biodiversidad, la selección de variedades de una misma especie, el aguante frente al frío, una mayor resistencia a ciertas enfermedades, etc. Así, hemos logrado cultivos que maduran de forma más temprana o más tardía que la generalidad, pudiendo ofrecer dichos productos un poco antes o un poco después de su fecha habitual de consumo. En palabras un poco más técnicas, hemos fomentado y mantenido la variabilidad genética dentro de las especies y su ecosistema.
La huerta es un complejo sistema de plantación donde se produce una rotación de cultivos permanentemente; no sólo debemos estudiar el cultivo en sí, sino también los que se han sembrado allí antes y los que habrá después. Lo ideal es ir rotando cultivos para romper las dinámicas de desarrollo de las posibles enfermedades y plagas. En estas rotaciones hay que tener en cuenta la profundidad de las raíces de cada cultivo, a qué familia pertenece o qué parte comestible queremos obtener -raíz, hoja o fruto-.
En verano
Es cuando el huerto ofrece una explosión de vida y color, y es cuando podemos recoger las hortalizas más jugosas y refrescantes: pimientos, tomates, pepinos, berenjenas, calabacines… A menudo en variedades muy diversas. Son hortalizas que requieren de un régimen de temperaturas de rango medio, aunque pueden soportar altas temperaturas, siempre y cuando estén suficientemente regadas. Las semillas de estas plantas las hemos sembrado en la estación anterior en un semillero protegido que pueda mantener un rango de temperaturas mínimas de unos 10-15ºC, aunque la temperatura ideal de germinación es de 20-25ºC. En cualquier estación, pero especialmente en esta, debemos tener un diseño de plantación que permita una correcta aireación de las plantas y cuidar de que el uso y aplicación de la humedad no conlleve condiciones propicias para las enfermedades y las plagas.